miércoles, 12 de enero de 2011

Qué es la dieta mediterránea

La dieta mediterránea es la forma de alimentación que, desde hace varios siglos, mantienen los pueblos de la ribera del mar Mediterráneo.

Aunque el profesor Ancel Keys fue el primero en definirla claramente, ya en textos anteriores se habla de unas costumbres, culinarias y de vida, similares en todos los países de la costa del Mediterráneo.

¿Qué países se benefician de ella? No son sólo los países europeos como España, Francia, Italia, Chipre, Grecia, Portugal, la antigua Yugoslavia, Albania, San Marino, o Mónaco; sino también Marruecos, Túnez, Malta, Libia, Israel, Jordania, Egipto, y Siria. Aunque Portugal no es un país mediterráneo, también se beneficia de las ventajas de la dieta mediterránea a través de la influencia del resto de la Península Ibérica.


La dieta mediterránea se ha ido forjando a lo largo del tiempo, y es fruto de la influencia que nos han dejado todos los pueblos que han pasado por estos países: iberos, celtas, griegos, romanos, bárbaros y árabes. Griegos y romanos sentaron las bases de lo que actualmente conocemos como dieta mediterránea con la "trilogía mediterránea"; pan, aceite y vino, presentes desde siempre en nuestra cultura.
Para Homero ser comedor de pan era sinónimo de hombre. Es tos elementos continúan con el cristianismo, para el que pan y vino eran fundamentales. Más tarde la relación con los pueblos germanos incorpora la carne a la alimentación; y por último los árabes introdujeron alimentos nuevos como las berenjenas o las alcachofas, y otros tan importantes para la dieta mediterránea como el arroz o la pasta.
A todo este bagaje cultural hay que añadir el descubrimiento de América, gracias al cual conocemos alimentos tan importantes en la elaboración de gran parte de nuestros platos como la patata, el pimiento o el tomate.
La dieta mediterránea no puede ser única ya que son varios los países que la disfrutan, y por tanto cada uno de ellos aporta sus peculiaridades; pero sí hay una serie de características que son comunes a todas ellas:
  •  Aceite de oliva como principal fuente de grasa.
  • Frugalidad: las cantidades de alimentos eran bajas en relación con la actividad física que era alta, ya que la mayoría de la población desarrollaba actividades agrarias. Actualmente la actividad que desarrollamos es menor y, por tanto, las cantidades de alimentos deben ser más bajas.
  • Consumo alto de alimentos ricos en fibra como frutas, verduras, legumbres y hortalizas; las ensaladas están presentes en todas las comidas, y éstas terminan con fruta como postre, la mayoría de las veces. Se deben tomar legumbres al menos dos veces en semana y al menos tres o cuatro piezas de fruta al día.
  • Preparaciones culinarias cuidadas y sencillas: hervidos, asados.
  • Texturas firmes; fritos, pan, frutas, verduras, frutos secos y hortalizas crudas. El consumo de pan fresco, arroz, y pasta sigue siendo alto; y se va incrementando el de pasta fresca.
  • Pastas y arroces se deben tomar de tres a cuatro veces por semana.
  • Escaso consumo de alimentos proteicos, sobre todo carnes rojas, y más de pescado y aves de corral.
  • Uso de productos como el ajo o la cebolla, y algunas especies y yerbas aromáticas.
  • Gusto por los ácidos; las ensaladas se aliñan generosamente con vinagre y el uso de limones y cítricos en general es muy importante. La naranja figura entre las frutas preferidas por la población.
  • Vino en las comidas principales en cantidades moderadas (unos 150 cc en cada comida).
  • Uso de gran cantidad de productos frescos.
Quizás, en lugar de hablar de dieta únicamente, deberíamos hablar de vida mediterránea, porque no se trata sólo de una forma de alimentarse, sino también de una forma de vida, con costumbres tan saludables como la siesta y trabajos de gran actividad física, con un gasto de alto de energía, como la agricultura.


¿Qué beneficios nos aporta?

Nos protege frente a enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cánceres.
Aunque la dieta mediterránea se viene practicando desde hace mucho tiempo, los beneficios que de ella se derivan se conocen desde hace relativamente pocos años.
En los años sesenta, financiado por la Fundación Reina Guillermina de Los Países Bajos y dirigida por el profesor Ancel Keys, se lleva a cabo el llamado "Estudio de los siete países" (EE UU, Japón, Finlandia, Holanda, Grecia, Italia y la antigua Yugoslavia). El estudió se realizó para intentar relacionar la alimentación con la aparición de enfermedades cardiovasculares. La duración del estudio fue de diez años y sus resultados se presentaron al principio de los años ochenta. En él se puso de manifiesto la gran diferencia que existía entre el número de muertes a causa de enfermedades cardiovasculares en países como EEUU o Finlandia, y otros como Grecia (la isla de Creta era la que salía más beneficiada). Esta diferencia se achacó a la forma de vida y a la alimentación que llevaban los países de la ribera del Mediterráneo. Estudios posteriores han relacionado esta forma de alimentación con la aparición de algunos tipos de cánceres (por ejemplo; el cáncer de mama se relaciona con el consumo excesivo de grasas).


LA DIETA MEDITERRÁNEA, ÉPOCA ANTIGUA
bajorrelieve egipcio relacionado con la dieta mediterránea El primero de los estados por los que se llegó a la cocina mediterránea nos sitúa hace cinco mil años atrás, en Mesopotamia, Asia Menor y sobre todo en Egipto, lugares donde se empezó a cocer o conocer esta rica cocina.
Egipto fue la primera gran potencia en producción agrícola, el delta del Nilo es tan rico en limos que se obtenían varias cosechas al año, algo parecido ocurría en España, aunque a menor escala, en la desembocadura del Guadalquivir. Las lentejas egipcias fueron famosas en la antigüedad y las exportaban tanto a Grecia como a Roma. Egipto era la gran despensa del Mediterráneo, allí se producían excedentes de higos, dátiles, uvas, granadas, almendras. Hortalizas como el puerro, ajos, pepinos, melones, sandías cebollas, etc. Animales domesticados para el consumo como bueyes, perdices, codornices, etc. La cerveza es otro de los grandes inventos egipcios, era la bebida nacional por excelencia, la cual se mezclaba con dátiles, se perfumaba con canela o se endulzaba con miel. Pero los vinos griegos también llegaron a ser famosos en todo el Mediterráneo; las costas españolas, bajo sus aguas, está llenas de pecios con ánforas, los cuales se elaboraban con tomillo, mirra e incluso con agua de mar como elemento saborizante.
Como el pescado es abundante en la cuenca mediterránea se ha convertido en uno de los alimentos cotidianos, ya sea fresco, en salazón o desecado. Por lo que se hicieron famosas las fábricas de salazones del sur de España, tales como Zahara de los Atunes, Coto de Doñana, Cádiz, etc.
Así como en Egipto se encuentran los principios de los alimentos base, es en Grecia donde se desarrolla la cocina mediterránea. A los griegos les debemos los primeros recetarios y a ellos les debemos igualmente el invento del aceite, el cual tenía tres usos: como grasa para cocinar, aceite para el cuerpo y para las lámparas como combustible.
Pero también Roma juega un papel importante en esta fase de la historia ya que fue la que dio carácter a la cocina mediterránea, aumentó la calidad de los aceites, de las aceituna y los viñedos, introdujo el limonero, traído desde las islas Espérides, posiblemente Canarias, el melocotón y el albaricoque.

Actividades:

-En la secuencia de imágenes siguiente, puedes ver alimentos de la dieta mediterránea, pero, ¿ todos corresponden a este tipo de dieta?. Parece que se han "colado" algunos intrusos, identifícalos e investiga de las posibles enfermedades que pueden causar cada uno de ellos, suerte!!


-Localiza en un mapa los países que realizan esta magnífica dieta.


- Realiza una encuesta entre tus familiares de los hábitos de consumo de la dieta mediterránea.

La dieta mediterránea........¿seguro?

Identifica a la deliciosa Cantarrella

lunes, 3 de enero de 2011

Una vez visto el video, contesta a las siguientes preguntas:

- Buscar información sobre cultura general y gastronomía de los
países socios.
- Elaboración de murales sobre la gastronomía de nuestro país y
comunidad, así como de los países socios.
- Elaboración de recetas sencillas y luego agruparlas en un Libro.
- Clasificar alimentos según su origen animal o vegetal.
- Conocer las propiedades nutritivas de los diferentes alimentos
de cada grupo: leche y productos lácteos; carnes, pescados y
huevos; frutas; verduras y hortalizas; cereales, derivados y
legumbres; grasas y aceites; dulces y azúcar.
- Elaborar una rueda de los 7 grupos de alimentos.
- Elaborar una pirámide nutricional a partir de los grupos de
alimentos.
- Ordenar historias del proceso de elaboración de algún producto
(miel, queso, aceite, vegetales…)
- Plantar semillas de vegetales y conocer los cuidados que
requieren.
- Conocer los ingredientes necesarios para hacer: una paella,
tortilla de patatas, gazpacho, bizcocho…
- Distinguir entre los alimentos en buen y mal estado.
- Realizar menús saludables y nutritivos.
- Conocer qué frutas, verduras y hortalizas se pueden comer en
cada estación del año y hacer un mural en grupos

RUEDA DE LOS ALIMENTOS

ALIMENTACIÓN SALUDABLE

Las siguientes propuestas ayudan a realizar una alimentación más saludable:

Cuanta mayor variedad de alimentos componga su comida, mayor garantía de que la alimentación es equilibrada y contiene todos los nutrientes necesarios.
Desayunar todos los días y de la forma más completa posible: nunca se debe prescindir de un desayuno compuesto por lácteos, pan y cereales yfrutas, al que debe dedicarse entre 15 y 20 minutos.
Los cereales (pan, pasta, arroz, etc.), especialmente los integrales, las patatas y las legumbres deben constituir la base de su alimentación y representar un tercio de los alimentos ingeridos diariamente.
Se recomienda que las grasas no superen el 30% de sus comidas diarias. Debe reducirse el consumo de grasas de origen animal (mantequillas, embutidos, quesos, etc.).
Las proteínas deben aportar entre el 10% y el 15% de las calorías totales, debiendo combinar proteínas de origen animal y vegetal.
Se debe incrementar el consumo diario de frutas, verduras y hortalizashasta alcanzar, al menos, 400 g/día. Esto es, consumir, como mínimo, cinco raciones al día de estos alimentos.
Limitar el consumo de productos ricos en azúcares, como golosinas, dulces y refrescos.
Evitar el picoteo entre comidas.
Reducir la sal en las comidas, utilizando preferentemente sal yodada.
Saciar la sed con agua, tomando entre uno y dos litros de agua al día.
Hacer, al menos, media hora de actividad física diaria de intensidad moderada (paseos, bicicleta, etc.).
Limitar el uso del automóvil, fomentando la práctica de caminar como medio de desplazamiento.

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